Un 11 de Mayo pero de 1981, hace ya 31 años, fallecía en Miami, quien
fuera quizá la personalidad más importante de Jamaica y de
Centroamerica, quien, entre otras cosas, lograra expandir la semillita del
reggae por todo el mundo, hablo de Robert Nesta Marley.
Una personalidad que además de trascender fronteras, logró, como casi ningún otro, trascender el tiempo y el carácter de su obra, en parte, por su imagen icónica, en parte, por atravesar la música, metiéndose con la política y la religión, temas coyunturales desde tiempos ancestrales.
Intentando
imitar el rock que llegaba a sus oídos a través de las radios y reproduciendolo de la manera más fidedigna posible, sumando al combo una buena dosis de música autóctona de la isla, como el Ska y el Calipso, y otros sonidos africanos, dieron como resultado los
primeros indicios de lo que serían himnos de una nación.
Luego de la
presentación de Catch a fire, primera placa y con la incipiente
popularidad dentro de la isla, The Wailers con Robert a la cabeza,
tomaron por el camino de la gloria. Bien secundado por Peter Tosh,
Junior Marvin y Al Anderson, entre otros, editaron discos como African
Herbsman, y en el medio, se convirtieron a la religión rasta, lo que
magnificó sus sentimientos de odio hacia la segregación, la marginación
que sufrieron de pequeños y lo volcaron en toda su obra.
Llegaron a
Londres y llenaron estadios, publicaron Kaya, Africa Unite, Babylon by
bus, Natural Mystic y luego Exodus, el mejor álbum de la historia para
la revista inglesa Time, vaya paradoja. Personalmente, logró vencer a
los poderosos, eludiendo las persecuciones de la CIA, que intentó
matarlo varias veces, y juntó a los dos candidatos a presidente en la plaza principal de Kingston a días de las
elecciones, hito aún vigente.
Gracias a él, Jamaica existe en el mundo y
es reconocida, como Maradona al ser sinónimo de Argentina. Escribió
canciones que quedaron en el imaginario colectivo como Lively up
yourself, Jah live, Africa Unite, Smile Jamaica, Jamming, Is this love,
Could you be loved, Redemption Song, Exodus, One Love, Three little
birds, y quizá su canción más conocida, No woman no cry.
Contrajó cancer tras un corte no curado en uno de sus pies, jugando a la fútbol, otra de sus pasiones, descalzo. No pudo curarse de manera tradicional y occidental porque su
religión se lo prohibía y la infección producida fue el desenlace para
la causal de su muerte.
Falleció a los 36 años, para convertirse en
mito, para que su música suene en cada corazón revolucionario en
cualquier rincon del planeta. Nobleza, valor y perseverancia, además de
un talento inagotable son palabras que lo definen. Hoy tendría 67 años. Para nosotros, los tiene. Porque como reza una canción: Marley no
murió.

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