martes, 27 de diciembre de 2011

Foo Fighters: Del garage de Dave al mundo


Como excusa ante la salida de Wasting Light (¿cabe alguna duda de que es el mejor disco del año?) apareció Back and Forth, un documental que repasa cronológicamente el desarrollo y crecimiento de la banda del momento.


Si no fuera por Kurt Cobain, nunca hubiesen existido los Foo. O quizás si, todo dependía de la búsqueda de Dave Grohl. Lo cierto es que el baterista de Nirvana no participaba del proceso compositivo de la banda de Aberdeen y de no ser por el final abrupto, a causa del deceso de su cantante, quizás nunca se habría volcado a componer, más que para recrearse.



Tras el duro golpe, Grohl acusó el impacto y se alejó de la música por varios meses, hasta que entendió que el proceso de sanación que tenía más a mano era seguir haciendo lo que amaba y que si ya no tenía a Nirvana para hacerlo, debía generarlo por su cuenta. Así fue como alquiló un estudio y se decidió a grabar aquellas canciones que tenía guardadas y las que fueron apareciendo, íntegramente por él. Era un disco solista, pero no quiso firmar con su nombre, por lo que, involuntariamente, fundó a los Foo Fighters.


Con estas precisiones previas, empieza a desandarse una más que interesante historia, que atraviesa situaciones de todos colores, como la formación de un grupo que pueda tocar aquellas canciones, las primeras presentaciones en vivo, el liderazgo de Grohl, las peleas internas, integrantes que iban y venian sin cesar y lo más importante, los discos.


Así se recorren los comienzos, desde el segundo disco, The Colour and The Shape en adelante, mostrando los aciertos y los errores, aunque una constante evolución a pesar de divisiones y otras circunstancias, lo cual generaba que la banda pasara de ser telonero de Red Hot Chilli Peppers a cerrar fechas de festivales o tocar en el mismísimo Wembley.


Se citan algunos de los temas fundamentales en la carrera, tales como Time like these, My Hero, Learn to fly, The Pretender, EverlongAll my life, Best of you o No way back, como también lo que parecía ser el final, cuando Grohl se fue de gira con los Queens of the Stone Age y la reunión en Coachella.


Para el cierre, todo el proceso analógico de grabación de Wasting Light, en un clima ameno, en el sótano del cantante y guitarrista, con perlitas como la participación de Krist Novoselic como bajista invitado. Material para ver, revisitar y guardar, que sirve de aperitivo ideal (como lo fue PJ 20) para la visita de la banda a Buenos Aires por primera vez el año entrante. Un impulso a llevar sus sueños, a toda costa, hasta vencer. Como luchadores.




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