sábado, 31 de diciembre de 2011

Glastonbury: El festival de los sueños



En Somerset, Inglaterra, usualmente durante el mes de Junio, en el verano europeo, suele generarse un fenómeno llamado Glastonbury, festival de artes escénicas, que reúne a gran cantidad de público y artistas destacados de manera casi ininterrumpida desde 1970. Este año se llevó a cabo la edición nro. 30 y por este motivo, repasamos aquí.



Este film, editado en 2006 y dirigido por Julian Temple, retrata varios costados de este multitudinario festival, tanto desde la organización, lo meramente musical y el ritual que se genera alrededor de uno de los eventos más importantes del mundo. Para tomar dimensión de dicho encuentro, cabe decir que por su escenario principal han pasado figuras de la talla de Paul McCartney, David Bowie, The Kinks, The Smiths, REM, Oasis, Blur, Lou Reed, Radiohead, James Brown y Johnny Cash, entre muchos otros y que se han llegado a congregar más de 150.000 personas en las ediciones más multitudinarias.



Su organizador, Michael Eavis, lo creó en el marco de los festivales que se llevaban a cabo en distintas partes del mundo durante la década del 60 (Woodstock, el más emblematico) y nos cuenta, de primera mano, sus comienzos, donde el mismo poseía la impronta hippie que sobrevolaba la época hasta la versión más actual. Se recorren los distintos escenarios, tanto dentro como afuera del predio, dándole un singular espacio a la valla o la cerca, que separa el recinto donde se lleva a cabo la cita del resto del predio, ya que este factor fue tomando relevancia con el correr de los años, ya que muchos viajeros llegaban hasta el lugar y saltaban la misma para perderse en el mar de gente. A través de las distintas ediciones, la logística fue profesionalizándose hasta volver una quimera el hecho de ingresar sin entrada.


Luego, hace hincapié en el rito del público concurrente, que se instala en diversas carpas que se multiplican a lo largo y lo ancho del predio, ya que el festival suele extenderse por varios días y como se crea una comunidad ficticia por ese periodo de tiempo, donde confluyen diversas culturas, idiomas y costumbres, pudiendo rescatar arte en todos los rincones y donde la épica hippie sobrevive, incluso en estos tiempos.


Más tarde, se genera la coyuntura con el hecho del rastreo profesional, mediante cámaras, de todo lo que sucede en este particular acontecimiento (victima del incremento de la paranoia y la seguridad extrema) con varias declaraciones de los presentas, haciendo un paralelismo con Gran Hermano y el no poder escapar del ojo de la lente ni para ir al baño. Lo que sobresale de esto es el momento en que Joe Strummer (ex The Clash) se presentaba con The Mescaleros en 1999 y con una furia indomable, empieza a romper cuanta cámara se le cruce por el camino, usando como instrumento de ataque el pie del micrófono.


Pero lo más importante, como siempre, es la música y pueden verse distintos fragmentos de interpretes sobre el escenario haciendo lo que mejor saben, entre se los que destacan la presentación de Pulp (en el mejor momento de su carrera) para hacer Common people, o David Bowie interpretando Heros.


Film ultra recomendado para finalizar el 2011, y vivir, aunque sea a la distancia, el summum de los festivales a nivel mundial. La cultura, el hippismo, el cambio a través de los años o simplemente, la excusa perfecta para escuchar buena música.

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